Una familia de higueras ha huido de la desolada nueva plaza de San Lucas, o quizás del contiguo jardín de los Casado, para refugiarse en los altos muros de la antigua iglesia de los jesuitas, justo al final del recobrado callejón de las Santas Formas.
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1 comentario:
¡Qué inteligente es la naturaleza, seguro que no nos echaría de menos!
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